Segundo día en Praga. Vueltecita por Praga, revisando varias iglesias como esta del Santo Tomas del Pimiento Verde que estaba de camino a la plaza de Wenceslao. Toda la ciudad esta llena de edificios bien cuidados de primeros de siglo. Pocos o casi ningún edificio moderno que estropee la estética.
Iglesia de Santa Ludmila.
Aunque es verdad que Praga no tiene muchos museos interesantes, simplemente pasear por sus calles merece la pena. Nosotros llegamos a la plaza de la ciudad vieja, y nos hicimos una foto con el famoso reloj. La noche anterior, sobre las 8pm estuvo tocando sin parar durante 30 minutos, las figuritas terminarían mareadas de tanto salir y entrar.
Comida por 12 euros 2 personas, en el club de Arquitectura. Sitio con mucho encanto, aunque seguro que menos que el club de Ingeniería, jeje.
Dimos un paseo por malaestrana, sitio encantador pasando el puente de Carlos. Tiene calles estrechas por las que da gusto perderse.
El vecino de Praga que mas sufre por su fachada.
Una de las mejores posibilidades que da Praga, entre otras esta la comida rica (Gulass, Pato, Cerveza inmejorable por 1 euro), es poder hacer fotos muy interesantes por la noche.
Por favor, si alguien tiene un photo shop que me le pase. Esos dos en negro somos Silvia y yo en las puertas que dan acceso a Malastrana desde el puente de Carlos.
Gaviotas mirando al castillo y al puente de Carlos.
Como decíamos, de lo mejor en Praga es la comida, hay miles de sitios, y aunque teníamos una lista interesante sacada del 11870, lonely planet, guia visual, y cia, la verdad es que en cualquiera que te metieras podías comer realmente bien, con decoración muy lograda hasta en los mas cutres allí que en España serían con encanto.
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